Cuando ingrese a la Asociación, en ese momento estaba viviendo una relación familiar muy triste, me peleaba con mis hermanos y mi mamá. Pase una época muy difícil porque no sentía un ambiente de paz en mi hogar. Cuando asistíamos a las asambleas con mi mamá, en los talleres mejoramos nuestra comunicación y poco a poco la convivencia fue cambiando para mejor.

A los 16 años quede embarazada, cuando mi madre se enteró me obligo a casarme con el papá de mi hijo y que debía dedicarme a cuidarlo. Pero recibí el apoyo de la Asociación y seguí en el programa, aunque muchas mamás no querían que estuviera en las asambleas porque pensaban que era mala influencia para sus hijas. Sin embargo, la Asociación nunca me dio la espalda y me ayudaron a salir adelante, a continuar con mis estudios y logre graduarme de perito contador.

Agradezco a la Asociación por apoyarme a mí y por continuar apoyando a otras niñas de mi comunidad.